Mindfulness y conciencia corporal en madres con hijos
TDAH
Leyendo “El puente donde habitan las mariposas” de Nazareth Castellanos, me encontré con la definición de “habitar”. Apoyándose en la etimología, nos indica que habitar es “estar satisfecho y en paz”. Añade matices completando lo anterior y dice “estar al resguardo. Dejar algo en su esencia y refugiarlo”… y cuando ya no lo puede decir más bonito, acaba el párrafo diciendo “cuidamos algo, cuando le permitimos estar en su propia esencia” y “habitamos una experiencia cuando nos cuidamos y somos nosotros mismos”. ¡¡Guauuuu!! ¡¡Yo quiero!!
¿Y cómo lo hacemos? Parece que para poder conseguirlo, hemos de prestar mucha atención a nuestro cuerpo. No habla de modificar pensamientos, ni de acciones, ni de buscar recursos…habla de atendernos, de tenernos a nosotras mismas.
El cerebro se sirve de las sensaciones que le envía el cuerpo a través de los distintos órganos, para interpretar emocionalmente lo que sucede. De hecho, es conocido esto de que la postura corporal es un recurso terapéutico que puede influir en tu estado emocional. Así pues, una espalda recta, pecho abierto y mirada al frente, se asocian con estados de confianza y apertura, mientras que hombros caídos y torso encogido, se asocian a estados de tristeza o abatimiento.

En los programas formativos que ofrece Volando Cometas, nos apoyamos en mindfulness como guía para poder resetear y volver a empezar desde un lugar más sabio. De hecho, la conciencia corporal es uno de los cuatro mecanismos que según la literatura científica, hacen que los entrenamientos mindfulness provoquen cambios significativos en las personas que lo practican.
¿Por qué?
- Según los estudios una mayor capacidad de prestar atención a las sensaciones corporales, ofrece una mayor conciencia de uno mismo y de las propias emociones.
- Esta mayor conciencia, facilitará posteriormente respuestas empáticas.
- Otros autores hallaron una conexión entre conciencia corporal y no reactividad (es decir, a mayor conciencia corporal, menos posibilidades de responder a nuestros hijos e hijas de forma intensa y automática, dejándonos llevar por la emoción del momento sin haber contado hasta 100 😉
En resumen:
- Si aprendemos a sentirnos, aprenderemos a cuidarnos.
- Si nos cuidamos, podremos darnos cuenta mucho mejor de cuál es la necesidad emocional de nuestros hijos/as, porque mi capacidad empática mejorará con la conciencia corporal.
- Si me doy cuenta, tendré más oportunidades de regular mi respuesta, protegiendo el vínculo.
Si te ha resultado interesante y quieres comenzar tu entrenamiento, me encantará que participes en la próxima edición de la formación en Crianza Consciente, para madres con hijos/as con TDAH en formato grupal basado en Mindfulness y Disciplina positiva y que puedes encontrar aquí.
Si lo que necesitas es un entrenamiento individualizado o una mentoría para recibir asesoramiento y apoyo, te espero solo a un correo de distancia.