Este curso ha supuesto varias cosas para mi. Comenzando por la que creo más importante, darme cuenta de que para ayudarle a él, tengo que ayudarme a mi. En principio puede parecer obvio, pero en realidad, no lo es.
Estamos tan pendientes de ellos, que que no reparamos en que su base somos nosotros.
De hecho, durante estas semanas, las ocasiones en las que peor me ha funcionado la dinámica o más pereza me ha dado, ha sido cuando me he olvidado de esto.
Me ha resultado impactante que alguien me tuviera que decir “este es tu momento. El trabajo comienza por ti”.
Dado que yo no tenía ninguna experiencia de meditación, yoga o similares y que creía que esto no era para mí, me sentí entusiasmada la primera vez (con el escáner corporal) que conseguí una concentración tal, que acabé la práctica como si hubiera pasado mucho tiempo y mi percepción de lo que estaba viviendo, fuera totalmente diferente. Otra práctica que me ha llamado la atención, es darme cuenta de que vamos tan acelerados que lamentablemente nos cuesta acordarnos de mirar a nuestro hijo y simplemente sentir.
También me ha encantado no sentirme culpable de sentir lo que siento y encontrar una forma de reconducir las situaciones.
Ha sido un auténtico placer y la experiencia todo un descubrimiento personal.