Tras la formación, he mejorado en aprender a ponerme en su lugar y no estar predispuesta a que algo que siempre sale mal, tenga que salir mal.
Ahora respiro antes de hablar/gritar y así cuando siento que me he alejado suficiente del impacto y puedo valorar las consecuencias, digo lo que realmente quiero decir y no con el piloto automático.
El trabajo en conjunto madre/hijo a mi me ha aportado mucho.