La verdad que fueron unas semanas muy significativas para mi. Pese a tener años de experiencia en distintas técnicas, tanto en lo profesional como en lo personal, por diversos motivos este curso ha sido de una gran transformación interior.

Me sentí acompañada en el camino que decidí recorrer con Mindful Parenting, sostenida en semanas de particular incertidumbre personales y mundiales, y fui incorporando herramientas valiosas pero sobre todo nuevas comprensiones de mi modo de ser y estar en la vida.

La situación coyuntural debe haber contribuido pero la calidad y calidez con la que me sentí guiada fueron claves en esta metamorfosis que seguro recién comienza.

Solo palabras de enorme agradecimiento!

Este curso ha supuesto una reflexión sobre mi misma, mis adentros, intentar conocerme mejor a nivel de mis debilidades y fortalezas. Una oportunidad de compartir con otros padres que están en mi misma situación.
Aunque pensaba que yo no era una persona con facilidad para meditar, he disfrutado muchísimo las prácticas y he podido participar con sinceridad.

He aprendido a observarme y a escucharme un poco mejor y también a ver con otros ojos a mi alrededor. A tener herramientas para saber controlar mi mente en los momentos de estrés y en las situaciones difíciles que puedo tener a lo largo del día.
Mónica es una persona dulce y con mucha paciencia y ha sido un placer, estar con ella.

¡Muchas gracias!

A la hora de entender a nuestro hijo, notamos que nos expresamos mejor para que él nos comprenda.
Su comportamiento ha cambiado al ver el cambio en nosotros.

Para hacer frente a las crisis cotidianas, notamos que hemos aumentado nuestra capacidad de tolerancia, paciencia y el manejo del momento crítico ha mejorado logrando que tengan un buen final esas crisis.

Lo que hemos aprendido, requiere de mucha práctica, pero ha sido esencial para crear la base y entender muchas situaciones repetitivas por las que pasábamos y que ahora podemos enfrentar de mejor manera.

Este curso ha supuesto varias cosas para mi. Comenzando por la que creo más importante, darme cuenta de que para ayudarle a él, tengo que ayudarme a mi. En principio puede parecer obvio, pero en realidad, no lo es.
Estamos tan pendientes de ellos, que que no reparamos en que su base somos nosotros.

De hecho, durante estas semanas, las ocasiones en las que peor me ha funcionado la dinámica o más pereza me ha dado, ha sido cuando me he olvidado de esto.

Me ha resultado impactante que alguien me tuviera que decir “este es tu momento. El trabajo comienza por ti”.
Dado que yo no tenía ninguna experiencia de meditación, yoga o similares y que creía que esto no era para mí, me sentí entusiasmada la primera vez (con el escáner corporal) que conseguí una concentración tal, que acabé la práctica como si hubiera pasado mucho tiempo y mi percepción de lo que estaba viviendo, fuera totalmente diferente. Otra práctica que me ha llamado la atención, es darme cuenta de que vamos tan acelerados que lamentablemente nos cuesta acordarnos de mirar a nuestro hijo y simplemente sentir.

También me ha encantado no sentirme culpable de sentir lo que siento y encontrar una forma de reconducir las situaciones.

Ha sido un auténtico placer y la experiencia todo un descubrimiento personal.

Esta formación me ha ayudado a valorarme más a mi misma y a los demás; a convivir con mis problemas de una manera más relajada; a dedicarme un tiempo para mi sola que me enriquece mucho; a entender a las otras personas.

Me gustaría que pudieran hacerlo más familias con autismo, porque he notado cambios positivos en mi que querría para los demás. Lo que más me ha gustado ha sido el ejercicio de la planta de los pies, porque me ha hecho sentirme fuerte y poderosa. Lo que menos me gustó fue cuando trabajamos el ejercicio de ser escuchados por los demás…soy bastante tímida y quizá me faltaba confianza con el resto de participantes.

Me gusta la paz y la quietud que emana y contagias de tu persona. Solo escucharte da un gran bienestar.

Ha sido un curso muy interesante. Me hizo recordar momentos muy buenos y tristes. La meditación ha sido el péndulo que me ha permitido reconocer lo que ha estado bien y seguir potenciándolo, de lo no quiero y ha estado formando parte muchos años de mi vida. Me siento más relajada y con más capacidad para afrontar los problemas.

Ha supuesto comenzar un camino nuevo para mi, para vivir mejor y que los míos estén así, mejor. La profe es maravillosa y creo que es lo mejor.

Seguiré practicando en la medida de lo posible, porque meditar, me ayuda.

Tras la formación, he mejorado en aprender a ponerme en su lugar y no estar predispuesta a que algo que siempre sale mal, tenga que salir mal.
Ahora respiro antes de hablar/gritar y así cuando siento que me he alejado suficiente del impacto y puedo valorar las consecuencias, digo lo que realmente quiero decir y no con el piloto automático.

El trabajo en conjunto madre/hijo a mi me ha aportado mucho.

 

 

Cuando nos inscribimos en el taller de mindfulness de 8 semanas con Mónica no sabía si el mindfulness seria adecuado para mi familia, mi marido, mis hijos y para mi misma. Al comenzar el taller tenia cierta idea de lo que era el mindfulness y expectativas del taller para cada uno de ellos pero al evaluar la experiencia veo que ha sido muy beneficiosa para todos. El mindfulness es flexible, podemos hacerlo juntos o cada uno a solas. Es independiente de nuestros conocimientos y aún de nuestros problemas con el trastorno de déficit de atención. Al principio parece que fuera complicado pero en realidad es para el día a día.  Los beneficios que el mindfulness nos está reportando son diversos: mis hijos de 11 años lo aplican para tranquilizarse ante situaciones difíciles, como los exámenes, tenerse que colocarse una vacuna, serenarse ante los conflictos con los compañeros. Nosotros los mayores lo usamos para disfrutar los momentos (que en realidad conduce a la felicidad), para dejar pasar algunas pensamientos que irrumpen cuando debemos concentrarnos en una tarea. Una radiografía rápida de como sentimos nuestro cuerpo nos informa de cómo nos sentimos.  Parece increíble que todo esto lo podamos lograr con mindfulness y la atención plena. Focalizando nuestra atención en la respiración aquí y ahora.  Muchas gracias Mónica por ser una excelente maestra!

“Participar en el taller ha supuesto un antes y después en mi manera de enfrentarme a cada nuevo día, tanto en lo que se refiere a la manera de comprender el TDAH de mi hijo como en mi propia forma de enfrentarme a mi propia vida”.

“Solo estás a un pensamiento de cambiar tu vida (W. Dyer). Nunca pensé que sería capaz de cambiar mi forma de ver lo que me sucede y lo que sucede a mí alrededor. Pensándolo bien no se trata de ver sino de sentir. Sentir como late tu corazón, como tú estomago se encoge, como aumenta tu temperatura corporal, como se tensan los músculos de la cara, como aprietas los dientes… Sentir como el agua cae por tu cabeza después de un día agotador, como las microscópicas partículas de colonia caen sobre tu cuerpo cuando la pulverizas, el sosiego que aportan tus hijos cuando estas tumbado en la cama y te abrazan, el primer beso de la mañana, sentir como las personas que te quieren te transmiten toda su paz, energía y dicha…Sentir como sin saber cómo tienes una actitud más positiva. Ser consciente de cómo te sientes físicamente y psicológicamente. Esa consciencia que me permite ver que soy una persona fuerte, que mi autoestima ha aumentado, que muchas veces tengo miedo, que me equivoco…Pero que me da permiso para resolver las situaciones de forma distinta la próxima vez, para cambiar, para profundizar en mis sentimientos…Que me dice que si yo estoy bien todos están mejor. Sentirme bien me ha permitido reencontrarme con el valor, la fuerza, la constancia y la perseverancia para perseguir la paz interior. Una paz interior que en mi caso está unida con un reencuentro espiritual y con la necesidad de desprenderme de lastres físicos y psicológicos.”