Padres "Influencer"

Estoy segura de que todos hemos oído eso de que los hijos son un reflejo de los padres, que están atentos sobre todo a lo que hacemos y no tanto a lo que decimos y más recientemente, lo de “padres helicóptero”, que nos recuerda que la sobre protección está contra indicada.

Pero… ¿de dónde viene todo eso? ¿Quieres saber más?

Coatsworth, en 2009 desarrolló un conjunto de 4 pautas mindfulness dirigidas a educar de forma consciente, es decir, aquello que tenemos que aprender los padres a hacer, para que nuestros hijos crezcan y se desarrollen de forma adecuada.

Veamos su propuesta:

  • Escuchar con total atención a nuestro hijo: Observa que el uso del whatsapp y el mail, tienen una presencia muy importante en nuestras vidas y esto hace que muchas  veces, contestemos sin oír lo que nos dicen, mientras escribimos para otros.

 

  • Aceptar sin enjuiciar, aquello que somos y a nuestro hijo: Explico un poco mejor esto del juicio a qué se refiere, porque es algo que hacemos de forma natural. Consiste en tener  presente dos cosas, por un lado, evitar la etiqueta “somos/eres…malo”, y por otra, no darle fuerza a eso que ha ocurrido y que no nos gusta, porque aquello a lo que prestamos toda nuestra atención, crece y se va haciendo cada vez más pesado, con lo que tiene mucho más sentido hacer el esfuerzo en dirigir nuestra respuesta a aquello que tenga corazón y significado.

 

Mónica Valero – Fundadora de volandocometas.com

  • Conocer nuestro propio estado emocional y el de nuestro hijo: Se trata de darnos cuenta de cómo me encuentro hoy anímica y físicamente y también de cómo está mi hijo emocional y físicamente en ese momento. Una vez clarificado, actuaré en consecuencia, de forma favorable para ambos. Si por ejemplo siento que me duele mucho el cuello, y que mi cabeza está pendiente de resolver las incidencias del trabajo, podré elegir tener esa conversación en otro momento  en el que pueda estar dispuesta a aceptar otros puntos de vista y preparada para dirigir mi mensaje hacia lo que más conviene en ese momento.

 

  • Compasión hacia uno mismo (padres) y para nuestro hijo: Es decir, estar preparados para “sentir con el otro” con la intención de hacer más ligera su mochila. Para poder hacer eso, es imprescindible aprender a quererse, mimarse, cometer errores, procurarte descanso y tiempo para ti. Esta es la única forma de estar preparado para ver qué palabras o acciones son las certeras y precisas para levantar a tu hijo en ese momento.
Foto: http://pin.it/Iv-b8Px
Foto: http://pin.it/Iv-b8Px

Ahora respóndete de forma honesta. ¿Cuántas de estas acciones desarrollas con alta competencia? Aquí no vale ser más condescendiente contigo, que lo que serías con un colaborador o un miembro de tu equipo. La tabla de medir, tiene que ser la misma.

En la investigación que llevó a cabo este autor, realizó dos grupos de padres.  A un grupo le ofreció un programa mindfulness  y al otro grupo no. Los mejores resultados en cuanto a la educación, lo obtuvo el grupo de padres que recibieron el entrenamiento, y ahora viene lo mejor, los indicadores de afecto en los adolescentes subieron de forma significativa, ¡¡aún cuando los hijos no participaron en el programa mindfulness!!

En conclusión y para finalizar:

  • Cuando las habilidades emocionales de los padres son buenas, la regulación emocional también lo es (es decir, me muerdo la lengua, pongo freno a la reacción automática y respondo con cierta reflexión) y esto incide positivamente y de forma directa, en la mejora de las habilidades de los hijos. Este mecanismo co-regulador es muy importante en las relaciones de padres con niños con TDAH.
  • Un programa de entrenamiento Mindfulness, centra buena parte de las sesiones en aprender a sentir el cuerpo. ¿Y con qué fin? Pues con el de mejorar las funciones ejecutivas, ¡sí! Resulta que identificar en qué parte del cuerpo se alojan las emociones que se van experimentando, y aceptar esa experiencia, activa la acción auto-reguladora emocional, lo que incide directamente en la mejora del funcionamiento ejecutivo (es decir, mi cuerpo me sirve de alerta y me advierte a través de la sensación de calor, latidos rápidos, sudor, dolor…etc que hay algo que me inquieta y que es momento de pulsar el botón inhibitorio). Como veis, otra alianza más en la gestión del TDAH.

 

Por tanto, si como papá/mamá me entreno en ser lo mejor de lo mejor a través de mis palabras y acciones, estaré influyendo de forma directamente proporcional en el uso óptimo de las acciones y palabras de mi hijo.

Somos “padres influencer” que como los mejores youtubers del mundo, emitimos en directo todo el tiempo para una audiencia fiel, y además, nos mantenemos en antena, toda la vida. Merece la pena “darse cuenta” y apostar por estos programas de entrenamiento,  ¿no crees?

Si quieres probar cómo te sientan 10 minutos de atención, pulsa aquí. (Si te ha saltado un resorte pensando que es mucho tiempo…obsérvalo). Si además esta noche, dispones de dos minutos para ver cómo le sienta a tu hijo, pulsa aquí.

Puedes profundizar más sobre los resultados de los entrenamientos en Mindful Parenting, en este artículo: http://link.springer.com/article/10.1007/s12671-017-0678-1

También puede resultarte interesante la triada TDAH-MYmind-Mindful Parenting, de la sección Observatorio Científico.

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